16 noviembre 2010

Permitiendome

Si alguien me pregunta qué es lo que quiero,

Sé que Quiero lo mejor para mi…

Pero cómo saber exactamente qué es lo mejor.

El recuerdo de estar en tus brazos, me hace sentir que era eso,

En ese instante sabía que eso era… hoy puedo decir que también me hace bien estar sola, sin preocuparme de nada… pero ese recuerdo me hace dudar de todo.

Será quizás mi positivismo, mi capacidad para adecuarme al cambio… lo que me hace sentir que hoy estoy bien, o será sólo el conformismo por no tenerte.

Extraño ese tiempo en el que no debía cuestionar nada de mis sentimientos, en el que estaba segura de todo lo que sentía y quería.

Hoy sólo se que nada sé…

Pero sé que me arrastraron aquí, que no era lo que yo quería, y hoy no tengo culpa por no saber como reaccionar.

Me han dicho que solo debo hacer cosas que a mi me hagan sentir bien, y no preocuparme por lo que es resto opine o le moleste…. Muchas veces dije que nunca quería llegar a ser así, lo consideraba egoísta… pero hoy dudo de eso, sino me cuido yo ¿Quién lo hace por mi?, y si no hago lo que realmente quiero hacer…. ¿Quién es el que siente frustrado? quién soy yo para restringirme… Permitirse es la clave de este último tiempo.

Hoy me permito llorar, vuelvo a llorar porque llegue a donde no quería, porque me sentí obligada de estar en la posición en la que estoy, lloro porque vuelvo a escuchar ese tema que hace 3 meses me hizo llorar tanto.




06 noviembre 2010

Carta de Despedida

Un texto que siempre termino volviendolo a leer, hoy lo comparto con ustedes.

“ Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo, daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que cada minuto que cerramos los ojos perdemos cerca de sesenta segundos de luz.

Andaría, cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía cuando los demás hablan, y como disfrutaría de un helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que salga el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat, sería la serenata que le ofrecería a la luna.

Regaría con mis lagrimas las rosas para poder sentir el dolor, de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del Amor.

A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejeces cuando dejan de enamorarse.

Aun niño le daría alas, pero dejaría que él sólo aprendiese a volar.

Alos viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombre... he aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando he de ayudarle a levantarse... Son tantas las cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo”.

Gabriel García Márquez

01 noviembre 2010

Descontrol


El corazón se agita, mi guata se contrae, mis manos se aprietan.

La rabia se apodera de mi, no puedo sacarme de encima, se tira sobre mi de golpe y me inmoviliza, hasta que logro tomar aire y saco la furia que tengo dentro, a veces levantando la voz, otras miro fijamente, pero la mayoría de las veces hablo golpeado, fuerte y claro.

Muchas cosas me dan rabia, la injusticia es una de ellas o cuando le faltan el respeto a alguien en mi presencia, o cuando pasan a llevar a alguien indefenso.

Pero hoy mi rabia es por cosas más simples:

- Cuando estas hablando con alguien por msn y de la nada de va sin despedirse.

- Porque alguien dice que llamará y no llama o peor aún que llegara y no llega.

- Cuando me hacen llamadas perdidas porque son incapaces de cargar el maldito celular y hacer un pequeño sacrificio económico por “jugársela” por mi.

- Cuando alguien cree que con decir “cuenta conmigo” tiene todo solucionado y no comprender que lo que realmente vale es estar ahí en el minuto preciso.

Pero la rabia más grande al final es conmigo por creer que las cosas son diferentes a como realmente son.

Sé que no es bueno sentir rabia, pero muchas veces ese sentimiento es lo que nos hace movernos, decir lo que realmente sentimos, lo que esperamos sin temor.

Yo prefiero seguir manifestándome, y me gusta que cuando alguien siente algo similar me lo diga, porque nadie esta libre de actuar mal, o de actuar no de la manera en que los otros esperan, pero si nadie nos dice nada ¿Cómo lo sabriamos?