06 mayo 2011

Mirando al oriente

A media cuadra de la plaza a la que solía ir a leer hace ya casi 4 años,
Un barrio de casas antiguas, la mía pertenece a un cité, abres la puerta de madera y en un patio interior te encuentras con 3 casas a la derecha, la casa rosada es la mía,
Nunca me gusto el rosado, nunca me gustaron tantas cosas que hoy me gustan,
En el interior algunas paredes rojas y diferentes adornos hechos con mis propias manos esperan a quienes quiero, mi casa, mi hogar por fin.
Cuando abrí una de las tantas cajas me emocioné (esa caja la había hecho en el año 2008 y nunca la volví a abrir) etiquetada con “cosas de cocina” en su interior encontré las fuentes para los picadillos y vasos que daba por perdidos por el terremoto, y tantas cosas más que había olvidado incluso que tenía, un millón de recuerdos vinieron a mi mente, mi casa anterior, mis amigos, conversas interminables hasta el amanecer, y algunos domingos de soledad viendo alguna película mientras comía papas fritas…
Sonreí porque desde hoy comienzo nuevamente a vivir eso, esta soledad tan necesaria, esas paredes blancas esperando a ser llenadas solo con lo que yo quiero, y mi encuentro conmigo necesario, donde puedo realmente empezar de cero, donde puedo construir nuevos sueños, donde puedo tener una casa que refleje toda mi experiencia y ganas de estos 4 años sin tenerla.
Desde el 2008 hasta ahora he vivido con 5 amigos y con dos familias diferentes…. Había sido mucho, siempre adecuándome al resto y quien se adecua a mi?
Hoy mi cama mira hacia el oriente, hacia la cordillera, hacia la misma que hace tanto no veo nevada y que ahora veré cada día.
Estoy en santiago nuevamente y más que nunca lo disfrutaré.


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